LA IMPORTANCIA DE VITAMINA C Y ZINC PARA TU SALUD
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La vitamina C y el zinc son dos micronutrientes que desempeñan un papel fundamental en numerosas funciones corporales y son especialmente conocidos por su potencial para reforzar el sistema inmunitario. Este artículo arroja luz sobre su importancia, sus fuentes y sus efectos en nuestra salud.
ÍNDICE
Los micronutrientes son vitaminas y minerales que el organismo necesita en pequeñas cantidades para garantizar la salud, el crecimiento y el desarrollo. Son responsables de procesos vitales y deben obtenerse de los alimentos, ya que el organismo no puede producirlos por sí mismo.
La vitamina C y el zinc desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario, la cicatrización de heridas y el mantenimiento de la salud de la piel y los huesos. Tienen un efecto antioxidante y protegen nuestras células de los efectos dañinos de los radicales libres.
La vitamina C es conocida principalmente como un refuerzo inmunitario, pero sus funciones van mucho más allá. Interviene en la producción de colágeno, ayuda a absorber el hierro y reduce el riesgo de enfermedades crónicas gracias a su efecto antioxidante. Antioxidante significa que tiene la capacidad de neutralizar los radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables producidas por procesos de oxidación en el organismo. Pueden formarse por factores ambientales como la radiación UV, el tabaco y la contaminación atmosférica o durante los procesos metabólicos normales del organismo.
Las mejores fuentes de vitamina C son las frutas y verduras frescas, especialmente los cítricos, los kiwis, las fresas, los pimientos y las verduras de hoja verde oscura.
La ingesta diaria recomendada de vitamina C varía según la edad, el sexo y la etapa de la vida, pero en general se recomienda que los adultos consuman 75-90 mg al día a través de los alimentos.
El zinc es un mineral importante para el sistema inmunitario, la división celular y la cicatrización de heridas. También interviene en la percepción del sabor y la síntesis del ADN.
La carne, el marisco, los productos lácteos, los productos integrales y las legumbres son buenas fuentes de zinc.
Ingesta diaria recomendada
La ingesta diaria recomendada de zinc es de unos 11 mg para los hombres y 8 mg para las mujeres. El zinc puede obtenerse a través de una dieta equilibrada, pero puede ser necesario un suplemento para determinadas afecciones.
La vitamina C y el zinc actúan sinérgicamente para reforzar las defensas inmunitarias. La vitamina C favorece la producción de glóbulos blancos, mientras que el zinc es esencial para su correcto funcionamiento.
La vitamina C es como un superhéroe para la piel. Ayuda al organismo a producir nuevo colágeno, que mantiene la piel unida y la hace fuerte y flexible. Si tienes una herida, la vitamina C ayuda a la piel a cicatrizar de nuevo.
El zinc ayuda al organismo y apoya a la vitamina C en la cicatrización. Ayuda al organismo a funcionar correctamente y a garantizar que las células de la piel tengan todo lo que necesitan para cerrar y curar la herida.
Una carencia de vitamina C puede provocar fatiga, debilidad muscular, dolores articulares y, en el peor de los casos, escorbuto (que causa hematomas, problemas dentales, problemas capilares y cutáneos o anemia).
Los signos de carencia pueden incluir caída del cabello, disminución de la función inmunitaria y retraso en la cicatrización de heridas.
Una ingesta excesiva de vitamina C o zinc puede provocar problemas digestivos y otros efectos secundarios, por lo que hay que tener cuidado de garantizar una ingesta equilibrada.
En resumen, la vitamina C y el zinc son elementos fundamentales para nuestra salud. Una dieta equilibrada rica en estos nutrientes puede mejorar significativamente el bienestar y reducir el riesgo de diversas enfermedades.